Reflexión Nº16: Dios se hace Humano: Que no nos encuentre indiferentes
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- 3 feb
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PODCAST · Lectura y Reflexión
Buenos días. Buenas tardes, queridos hermanos, queridas hermanas, queridos niños, soy el padre José y comparto con ustedes la palabra de Dios.
Lectura del Evangelio según San Lucas:
En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto ordenando que se realizara un censo en todo el mundo. Este primer censo tuvo lugar cuando Quirino gobernaba en Siria, y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen. José, que pertenecía a la familia de David, salió de Nazaret, ciudad de Galilea, y se dirigió a Belén de Judea, la ciudad de David, para inscribirse con María, su esposa, que estaba embarazada. Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre y María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había lugar para ellos en el albergue. En esa región acampaban unos pastores que vigilaban por turnos sus rebaños durante la noche. De pronto se les apareció el ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el ángel les dijo: "No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo. Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre". Y junto con el ángel apareció de pronto una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres amados por Él".
Palabra del Señor.
Reflexión del Padre José:
Hermanos, ¿cuánto misterio encierra el nacimiento de Jesús? Tan grande es el ser humano, creado por Dios, que hasta Él mismo quiso ser humano, quiso sentir lo que nosotros sentimos, vivir lo que nosotros vivimos. Y no le bastó con hacerse hombre, sino que además se hizo el más pobre entre los pobres. No hubiera podido ser verdadero pastor si primero no se hacía verdadera oveja. Y como oveja, fue al matadero, como muchos seres humanos que padecen la injusticia.
Todo comenzó hace más de dos mil años en un lugar insignificante de nuestro mundo, en una cueva para refugio de animales. Cuando Dios quiere, ninguna circunstancia, por difícil que sea, va a impedirlo. Al contrario, como dice el refrán: Dios escribe derecho en renglones torcidos. Desde aquella primera Navidad, ¿cuántas navidades ha vivido el mundo bajo distintas situaciones? Hoy nos toca vivir la segunda Navidad en tiempo de pandemia. ¿Y quién sabe cuántas más?
Qué buena noticia sería que, como aquella noche en que los pastores cuidaban su rebaño, el ángel del Señor se presentara y nos dijera: "No teman. Les traigo una buena noticia: hemos superado el Covid". Sería una gran noticia, pero no suficiente, porque hay muchas otras pandemias que acechan al mundo de hoy.
Dios, al hacerse hombre, se hace solidario con el ser humano. Parece un contrasentido celebrar la Navidad cuando la pandemia de la indiferencia, la falta de sensibilidad y la falta de acogida crece cada día más en nuestro mundo. El mundo se parece a una gran Belén, donde no hay lugar para los que sufren la pobreza, la falta de trabajo o de hogar. Como los habitantes de Belén, preocupados en sus cosas, no les importa la necesidad de María y José. Hoy también los poderosos no se preocupan por los que sufren.
Hay una canción que solemos cantar en este tiempo: ¿A quién le abriste la puerta la pasada Navidad? ¿A quién se la vas a abrir en la Navidad que vendrá? Pensemos si no están afuera la María y el José de nuestro tiempo. En cada aniversario, esto vuelve a suceder por culpa de los que no quieren reconocer a Cristo. Cristo está en todo el que sufre injusticia y soledad, en aquel que queda afuera mientras nosotros estamos adentro.
María y José vienen y preguntan si les permitimos entrar y tomar calor junto al hogar, pero muchas veces respondemos con un "no" y cerramos la puerta. Cerramos la puerta al compartir, pero estamos dispuestos a abrirla de par en par para que entre Papá Noel. Nos interesa más recibir que dar.
El mundo no tendrá futuro si no abrimos el corazón y las manos para compartir. Compartiendo nace la esperanza. Dios nace y viene a salvarnos de nuestro egoísmo y de todos los males que nos hacen indiferentes e insensibles. Él nos dio su ejemplo al hacerse hombre, compartiendo nuestra humanidad y todo lo que somos.
Que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda en este día tan especial que es la Navidad y permanezca siempre.
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