Reflexión Nº14: Prepara el camino para los demás

PODCAST · Lectura y Reflexión

Buenos días. Buenas tardes, queridos hermanos, queridas hermanas, queridos niños, soy el padre José y comparto con ustedes la palabra de Dios.

Del evangelio de San Mateo:

Jesús dijo a la multitud: "Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista. Y sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo, porque todos los profetas, lo mismo que la ley, han profetizado hasta Juan. Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver. El que tenga oídos, que oiga".

Palabra del Señor.

Reflexión:

Hermanos, si los trabajos evangelizadores los midiéramos con los criterios de eficacia, eficiencia, éxito y rédito económico, estaríamos en bancarrota. Gracias a Dios, la cruz de Jesús nos muestra una manera distinta de medir el éxito. Donde para el mundo fue un fracaso Jesús en la cruz, a los ojos de Dios y de la fe es el triunfo más grande que existió, existe y existirá. Donde el mundo ve muerte, nosotros los creyentes vemos vida para siempre y en plenitud.

Por eso Jesús ensalza a Juan el Bautista y su misión. Él fue el profeta precursor que debía preparar al pueblo para la llegada del Mesías, debía abrir un camino, pero murió decapitado. Podría parecer un fracaso, pero él cumplió con su misión. Gracias a él, muchos conocieron al Mesías, lo reconocieron y se acercaron a Él.

Todo evangelizador, como profeta, tiene la responsabilidad de anunciar a Jesús con su vida y sus palabras. Le corresponde sembrar la palabra; otro, en Dios, cosechará. Dios verá los frutos de nuestros esfuerzos y nos recompensará seguramente.

Estamos en tiempo de Adviento, un tiempo de preparación para celebrar la llegada de Dios hecho carne y renovar nuestra fe. Es oportuno pensar que no solo debemos prepararnos, sino que, como Juan el Bautista, podemos y debemos ser precursores. Debemos preparar el camino para que otros se encuentren con Jesús en esta Navidad.

No podemos ser egoístas y cerrar las puertas de nuestra vida, importándonos solo nosotros mismos. Pensemos en cuántos hay en nuestras familias, vecinos y entorno que necesitan ver nuestro testimonio y lo que Dios realiza en nosotros. Que Juan Bautista nos ayude a ser como él en nuestro tiempo, sabiendo que Dios ve nuestros esfuerzos.

Que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.