Reflexión Nº13: Dame señor, tus ojos para ver

PODCAST · Lectura y Reflexión

Buenos días. Buenas tardes, queridos hermanos, queridas hermanas, queridos niños, soy el padre José y comparto con ustedes la palabra de Dios.

Del evangelio de San Mateo:

Dos ciegos siguieron a Jesús gritando: "¡Ten piedad de nosotros, hijo de David!" Al llegar a la casa, los dos ciegos se le acercaron, y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?" Ellos le respondieron: "Sí, Señor". Jesús les tocó los ojos diciendo: "¿Qué suceda como ustedes han creído?" Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "Cuidado, que nadie lo sepa". Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.

Palabra del Señor.

Reflexión:

En la primera lectura, el profeta Isaías anuncia profundos cambios en el mundo por intervención de Dios: "El Líbano se convertirá en vergel y el vergel en bosque. Los sordos oirán la palabra de Dios, los ciegos verán con toda claridad. Los oprimidos se alegrarán en el Señor, y los pobres se llenarán de júbilo. Desaparece el violento, no habrá rastro del cínico, nadie tramará el mal. Cuando vean mis acciones, santificarán mi nombre".

Y es lo que narra el evangelio de hoy: los ciegos comienzan a ver claramente y alaban, haciendo propaganda por todos lados de la bondad y del poder de Jesús.

Son dos ciegos que siguieron a Jesús gritando: ¿Cómo lo siguieron? No lo sé. Supongo que por el ruido de su caminar o porque alguien los acompañaba. Lo importante es que llegaron hasta Jesús movidos por la necesidad, aunque sus gritos molestaran a medio mundo.

Y Jesús exige la fe: "¿Creen que puedo hacer lo que piden?" Obvio, le dicen los ciegos, "si no, no te hubiéramos gritado y seguido". Jesús hace un gesto, toca los ojos y les dice: "Que suceda como han creído". Es tan sencillo y simple Jesús, que hasta parece mágico y curandero también.

Se cumple en los ciegos eso que dice Jesús: "Llamen y se les abrirá, busquen y encontrarán, pidan y se les dará". Los ciegos hacen eso, y nosotros, que nos creemos ver perfectamente, tenemos cuánta necesidad de ser curados por Jesús de nuestra ceguera espiritual, de nuestra ceguera mental muchas veces, de nuestras oscuridades internas.

Cuánta necesidad tenemos de una mirada nueva que ilumine nuestro corazón para poder ver con claridad. Estamos en Adviento: ¿cómo prepararnos si no vemos con claridad? Como dice Marcela Gándara: "Dame, Señor, tu mirada". Adviento es el momento de buscar la luz de Dios.

Dice el profeta: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz". La Navidad debería ser un momento luminoso para nosotros. El mundo entero necesita de esa luz. Somos un mundo en tinieblas, pero no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.

Ojalá que nos dejemos iluminar por Jesús, que Él disipe las sombras y las confusiones que nos surgen en lo cotidiano de cada día. Que el Señor Jesús nos bendiga y nos ayude a prepararnos cada día más para encontrarnos con Él y celebrar la Navidad.

Y que su bendición de Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.